Decisión nº 1118 de Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Transito de Merida (Extensión Mérida), de 18 de Junio de 2008

Fecha de Resolución18 de Junio de 2008
EmisorJuzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Transito
PonenteYolivey Flores
ProcedimientoTitulo Supletorio

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

EN SU NOMBRE

JUZGADO TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MÉRIDA. Mérida, dieciocho de junio del año dos mil ocho-

198° y 149º

I

DE LAS PARTES Y SUS APODERADOS

SOLICITANTE: M.D.S.M.A., venezolana, mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº V-9.479.036, de este domicilio y hábil, asistida por la Abogado D.G.Q., venezolana, mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº V-3.036.984 e inscrita en el Inpreabogado bajo el Nº 45.005.

MOTIVO: TITULO SUPLETORIO.

(SENTENCIA DEFINITIVA).

II

NARRATIVA

En fecha 05 de Mayo del año 2008, se recibió la solicitud de TITULO SUPLETORIO intentada por la ciudadana M.D.S.M.A., asistida por la Abogado D.G.Q. por ante el JUZGADO (DISTRIBUIDOR) PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MÉRIDA, constante de dos (02) folios útiles y cinco (05) anexos; quedando en este Tribunal por distribución en la misma fecha (folio 3).

Este Tribunal en fecha 06 de Mayo del año 2008, admitió dicha solicitud cuanto ha lugar en derecho, por no ser contraria a las buenas costumbres, al orden público, se comisionó al JUZGADO DE LOS MUNICIPIOS LIBERTADOR Y S.M.D.E.M., a quien corresponda por distribución, a los fines de que fije día y hora para que sean presentados los mismos, se libró comisión y se remitió junto con oficio (folio 20).

Mediante auto de fecha 13 de Mayo del año 2008, fue recibida la solicitud por ante el comisionado JUZGADO SEGUNDO DISTRIBUIDOR DE LOS MUNICIPIOS LIBERTADOR Y S.M.D.E.M., quedando por distribución en el JUZGADO SEGUNDO DISTRIBUIDOR DE LOS MUNICIPIOS LIBERTADOR Y S.M.D.E.M., en la misma fecha (folio 22).

Posteriormente en fecha 14 de Mayo del año 2008, el Tribunal comisionado, le dio entrada a la comisión y el curso de Ley correspondiente y fijó para el tercer día siguiente, para que los ciudadanos DAMAERZS DEL VALLE GUERRERO y FARIAS T.D., sean presentados por la parte promovente, a fin de que rindieran declaraciones (folio 23).

El día 21 de mayo de 2.008, al folio 24 se confirió Poder Apud Acta a la abogada D.G.Q.

El día 22 de mayo del año 2008, tuvo lugar el acto de los testigos ciudadanos DAMAERZS DEL VALLE GUERRERO y FARIAS T.D., quienes rindieron sus declaraciones, tal y como consta a los folios 25 y 26 del expediente y cumplida la comisión el Juzgado comisionado remitió la solicitud a este Tribunal en fecha 23 de Mayo del año 2008 (folio 27).

Este Tribunal en fecha 28 de Mayo del año 2008, recibió la solicitud, procedente del JUZGADO SEGUNDO DE LOS MUNICIPIOS LIBERTADOR Y S.M.D.E.M., constante de 28 folios útiles, cancelándose su asiento de salida (folio 29).

PRETENSIÓN

Visto el orden cronológico que antecede, esta Juzgadora antes de entrar a analizar la presente solicitud verifica la pretensión incoada:

Aduce la solicitante: M.D.S.M.A., asistida por la Abogado D.G.Q., entre otra cosas lo siguiente:

PRIMERO

“…Consta en documento de reconocimiento privado expedido por el Juzgado Primero de los Municipios Libertador y S.M., de fecha 19 de Diciembre de 2001, signado con el N° 5713 constante de diez folios y sus respectivos vueltos, que el ciudadano C.D.V., venezolano, mayor de edad, titular de la Cédula de Identidad N° 2.453.776, de este domicilio y hábil, le vendió el 10 de enero de 1984, una parcela de terreno a mi señora madre, ciudadana F.F.D.P., venezolana, mayor de edad, casada, titular de la Cédula de identidad Nº 9.05.732, de mi mismo domicilio y hábil, por el monto convenido de VEINTE MIL BOLIVARES (Bs., 20.000.00) quien manifestó haber recibido el dinero a su cabal satisfacción, traspasando a la compradora la plena propiedad, posesión y dominio libre de todo gravamen con los usos, costumbres y servidumbres que por Ley o títulos anteriores pudieren corresponderle, anexo marcado “A”, documento probatorio dentro de los siguientes linderos y medidas: POR EL PIE: Colinda con terrenos propiedad que son o fueron de L.C.S., en una extensión de cincuenta metros (50 Mts); CABECERA; en igual extensión que el anterior, colinda con terrenos que son o fueron de M.R., separa cerca de alambre; COSTADO DERECHO: en una extensión de sesenta y dos metros con cincuenta centímetros (6250 Mtrs) colinda con el camino real que conduce a la Aldea El Morro; COSTADO IZQUIERDO: en igual extensión que la anterior, colinda con terrenos que son o fueron de M.R. y con mina de agua. Quien hubo la propiedad según consta de Documento Protocolizado por ante la Oficina Subalterna de Registro del Libertador, Estado Mérida, en fecha 27/05/81, bajo el Nº 50, Folio 187, Tomo 4°, Protocolo 1°, Segundo Trimestre del citado año. SEGUNDO: Ciudadano Juez, desde hace mas treinta (30) años mi madre tiene la posesión y dominio de dicha parcela de terreno, construyendo en ella la casa paterna, constante de dos habitaciones con paredes de bloque, techo de zinc, piso de tierra, baño, cocina, comedor, es entonces cuando el 10/01/84, decidió el ciudadano C.D.V., identificado venderle a mi señora madre F.F.D.P., identificada, por documento privado la parcela aquí señalada. TERCERO: Hace veintiocho años mi señora madre F.F.D.P., identificada, me cede un pequeño lote de terreno para que construya mi casa y forme un hogar, siendo los linderos y medidas siguientes: POR EL FRENTE: colinda con terrenos que son o fueron de F.F., en una extensión de veintitrés metros cuadrados (23 M2), COSTADO DERECHO: colinda con terreno de F.F., en una extensión de veintiún y dos metros cuadrados (21 M2); COSTADO IZQUIERDO: colinda con el camino real, en una extensión de cuarenta dos metros cuadrados (42 M2); POR EL PIE: colinda con terrenos que son o fueron de E.M., en una extensión de treinta y seis metros cuadrados (36 M2). Construyendo en dicha parcela la casa de tres habitaciones, un baño. Cocina y patio, con piso de tierra, techo de zinc, paredes de adobe Es de aclarar que la parcela aquí cedida no es de VOCACION AGRARIA…”

III

MEDIOS PROBATORIOS Y SU VALORACIÓN Y

MOTIVACIÓN DEL

FALLO

DOCUMENTALES:

PRIMERO

Copias fotostática de las cédulas de identidad de la solicitante M.D.S.M. y de las ciudadanas G.C.M.M. Y F.F.D.P., que obra al folio 4 de expediente, donde se demuestra que son fidelignas las identificaciones de las mencionadas ciudadanas quien decide le concede valor jurídico de conformidad con el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil.

SEGUNDO

autorización privada otorgada a la ciudadana M.D.S.M.A. la solicitante por la ciudadana F.F.D.P. para que efectué y solicite un título supletorio, sobre las mejoras construidas en un lote de terreno que fuera cedido hace veintiocho años por la referida ciudadana.(folio 5). Valor probatorio que emana de documento privado que por haber sido efectuado en forma privada tiene valor según lo pautado en el artículo 1360 y 1380 del Código Civil

TERCERO

Copia de documento sin firma que obra al folio 6 del expediente que este Tribunal no lo valora por carecer de valor probatorio y nada prueba, de conformidad con el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil lo valora y así se decide.

CUARTO

documento original debidamente Registrado por ante el Registro Subalterno de venta donde el ciudadano L.C. le vende al ciudadano C.D.V., una parcela de terreno.(folios 7 con su vuelto y 8). Valor jurídico que se otorga a tal documento en el que se evidencia la propiedad del señor C.D. por ser un documento público tiene fuerza plena de acuerdo con el artículo 1357 del Código Civil. Y así se decide

QUINTO

Documento Privado Reconocido por el Juzgado de los Municipios Libertador y s.M.d. la Circunscripción judicial del estado Mérida (folios 9, 10 y vuelto). Valor Probatorio que se otorga de plena prueba, en el que se evidencia la venta de la propiedad del Sr. C.D. a la ciudadana F.F.d.P., por lo que la fuerza de tal documento se asemeja al público de acuerdo al 1363 del Código Civil y así se decide

TESTIFICALES:

Declaraciones de las testigos, ciudadanos: DAMAERZS DEL VALLE GUERRERO y FARIAS T.D., presentados por ante el Tribunal comisionado, JUZGADO SEGUNDO DE LOS MUNICIPIOS LIBERTADOR Y S.M.D. LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MÉRIDA, en fechas 22 de mayo del año 2008; declaraciones que este Tribunal acoge en todo su valor probatorio de conformidad con el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto estas testigos en sus dichos fueron contestes al aseverar, a tenor de la Primera, Segunda y Tercera pregunta, lo siguiente:

  1. Sobre generalidades de ley. Respondieron: No me comprenden.

  2. Si conocen suficientemente de vista, trato y comunicación desde hace varios años a F.F.D.P. y A M.D.S.M.A.. Respondieron: Si las conocemos desde hace muchos años de vista, trato y comunicación

  3. Si saben y le consta que las ciudadanas F.F.D.P. y M.D.S.M.A., identificadas, han permanecido desde hace (30) años poseyendo y ocupando el terreno donde construyeron a sus propias expensas y con dinero de su propio peculio la casa paterna y la casa correspondiente a M.D.S.M.A.. Respondieron: Si sabemos y nos consta

  4. Si saben y les consta que el lote de terreno donde esta construida la casa paterna fue vendida por el ciudadano C.D.V., por documento privado. Respondieron: Si les consta

  5. Si saben y les consta que la ciudadana F.F.D.P., le cedió una parcela a su hija M.D.S.M.A., para que construyera una casa. Respondieron: si saben y les consta

  6. Que los testigos den razón fundada de sus dichos porque las conocen desde hace muchos años y es cierto lo que indican

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Este Tribunal, para decidir observa:

Del contenido de la presente solicitud y su petitum, cuyo resumen se hizo en la parte narrativa de esta sentencia, observa esta juzgadora que la pretensión que en él se deduce, es la obtención de un título supletorio, consagrado en el Capítulo II, Título VI, Parte Segunda del Libro Cuarto del vigente Código de Procedimiento Civil, donde se regulan las denominadas legalmente “justificaciones para p.m.”, estableciéndose en sus artículos 936, 937 y 939, la competencia y el procedimiento para su tramitación, en los términos siguientes:

Artículo 936.- Cualquier Juez Civil es competente para instruir las justificaciones y diligencias dirigidas a la comprobación del algún hecho o algún derecho propio del interesado en ellas. El procedimiento se reducirá a acordar, en el mismo día en que se promuevan, lo necesario para practicarlas; concluidas, se entregarán al solicitante sin decreto alguno.

Artículo 937.- “Si se pidiere que tales justificaciones o diligencias se declaren bastantes para asegurar la posesión o algún derecho, mientras no haya oposición, el juez decretará lo que juzgue conforme a la ley, antes de entregarlas al solicitante, o dentro del tercer día, si esta petición se hubiere hecho posteriormente a la primera diligencia; quedando en todo caso a salvo los derechos de terceros.

El competente para hacer la declaratoria de que habla este artículo es el Juez de Primera Instancia del lugar donde se encuentren los bienes de que se trate.

Artículo 939.- Toda autoridad judicial es competente para recibir las informaciones de nudo hecho que se promuevan con el objeto de acusar a un funcionario público, y atenderá a esto con preferencia a cualquier otro asunto

.

Las disposiciones legales anteriormente transcritas se corresponden, en esencia, con aquellas que se hallaban contenidas en los artículos 797, 798 y 800 del Código de Procedimiento Civil derogado de 1916.

Entre las ligeras modificaciones introducidas en las disposiciones legales antes transcritas por el vigente Código de Procedimiento Civil, pueden mencionarse las relativas al Juez competente para instruir las justificaciones y diligencias a que se contrae el artículo 936 ejusdem, en el que se precisó que debe tratarse de un “Juez Civil”, y no de “Cualquier Juez”, como lo establecía la norma derogada. Asimismo, en cuanto a la competencia para dictar el decreto a que alude el artículo 937 ibidem, se aclaró en el único aparte de esta disposición que la misma le corresponde al “Juez de Primera Instancia del lugar donde se encuentren los bienes de que se trate”, y no a cualquier “Juez de Primera Instancia”, como lo disponía la norma legal derogada.

Al interpretar el sentido y alcance de las disposiciones contenidas en los precitados artículos 797, 798 y 799 del Código de Procedimiento Civil derogado --equivalentes a las de los artículos 936, 947 y 938--, el comentarista patrio R.F.F., en su conocida obra “Estudios sobre el Código de Procedimiento Civil Venezolano” (Tomo II, Editorial Rea, Caracas, Venezuela, 1962, pp. 236 – 237), expresó lo siguiente:

Jueces competentes.- El Juez de Primera Instancia y sus inferiores son los llamados legalmente a instruir las informaciones y diligencias que quiera promover cualquier persona para comprobar algún hecho o algún derecho propio suyo, como declaraciones de testigos, reconocimiento de papel o documento, o aun vista ocular como asistencia de prácticos, con los cuales se proponga acreditar que posee tal o cual cosa determinada como suya, o cualquier otro hecho que le interese, o establecer el estado en que se encuentre alguna localidad, y las circunstancias y señales que presenta, como las ruinas de un edificio incendiado, una siembra maltratada, un terreno inundado por las aguas, etc.

Con o sin citación.- Tales diligencias pueden promoverse con o sin citación de algún tercero, deberá hacerse; si no asiste, las diligencias se practican como si hubiera ocurrido; y si comparece tiene derecho a repreguntar los testigos, a hacer las observaciones que estimare conducentes y a pedir que se ponga constancia de cualquier circunstancia que se notare; pero sin poder interrumpir el curso de las actuaciones, limitándose a las protestas y salvas que crea conducente en resguardo de sus derechos. Todo el procedimiento del Juez se reduce a la práctica de las diligencias, y a devolverlas luego originales al promovente.

Títulos supletorios.- Si se pidiere que las diligencias sean declaradas título supletorio, o bastante para asegurar la posesión o algún derecho, mientras no haya oposición de tercero, no podrá hacer tal declaratoria sino el Juez de Primera Instancia y no los inferiores. Aquel dará su decreto, según el mérito de la comprobación hecha, dejando en todo caso a salvo los derechos de terceros. Si la resolución fuere desfavorable, el promovente podrá apelar para el superior, dándose curso a la alzada como en los demás casos

(Subrayado añadido por esta Superioridad).

Por su parte, el maestro A.B., en su obra “Comentarios al Código de Procedimiento Civil Venezolano (Tomo VI, 4ª ed., Librería Piñango, Caracas, Venezuela, 1973, pp. 389-395), al glosar las referidas disposiciones legales, entre otras cosas, expuso:

(omissis) Entiéndese por justificación para p.m. o ad perpetuam rei memoriam, o simplemente ad perpetuam, las informaciones de testigos, instruidas judicialmente, para hacer constar algún hecho que interese a las personas que las promueven. No son creaciones del derecho moderno estas comprobaciones testimoniales. En Roma, como es sabido, se las autorizaba indistintamente en toda clase de convenciones y en las donaciones (…). Pero no todas las legislaciones de nuestros días permiten instruir fuera de juicio estas informaciones, a objeto de hacerlas valer en su oportunidad. En Francia, por ejemplo, las enquetes, sean verbales o escritas, no son procedentes sino en los litigios en curso (…). En otros países, como en España, aunque permitidas, no pueden practicarse sino cuando no se refieren a hechos de que no pueda resultar perjuicio a una persona cierta y determinada, y previa audiencia del Ministerio Fiscal, debiendo los testigos ser personas conocidas del Juez o haberles sido presentadas por dos testigos de conocimiento3. En cambio, cuando han sido instruidas con sujeción a tales formalidades, tienen en dicho país fuerza y valor de documentos públicos y solemnes para justificar los hechos a que se refieren, mientras no se haga prueba en contrario (…). Nuestra ley, aunque las considera como actos auténticos, no les atribuye semejante valor probatorio contra terceros sino cuando, en el juicio que se siga contra éstos, los testigos del justificativo ratifican en la forma legal sus respectivas declaraciones; a menos que de modo expreso se les haya atribuido fuerza probatoria bastante para producir determinados efectos, como sucede, por ejemplo, con las justificaciones comprobatorias de los hechos de posesión, despojo, perturbación y cualesquiera otros en que haya de fundarse alguna querella interdictal, pues ellas, como se sabe, sirven de prueba bastante para que se pueda decretar el amparo, la restitución, la suspensión de la obra nueva, etc.

Las expresadas justificaciones ad perpetuam, instruidas como son fuera del juicio, no valen si no son ratificadas en él, aun cuando el promovente haya pedido la citación de la parte contra la cual pretenda hacerlas valer y ésta tenga a bien comparecer a repreguntar los testigos.

Se ha sostenido en contrario, sin embargo, que las justificaciones así instruidas tienen autenticidad bastante en el juicio que después se siguiere con el tercero que asistió al acto de su instrucción (…); pero ni la voluntaria asistencia e intervención de éste hace mayor la autenticidad que la propia autoridad judicial le da al hecho de que los testigos del justificativo rindieron real y efectivamente las declaraciones en el expuestas, ni esa intervención basta para hacer necesariamente admisible en el juicio la prueba testimonial del justificativo, ni puede privar al tercero de su derecho de volver a repreguntar en el proceso a los testigos, desde luego que cuando lo hizo extra litem no pudo tener en cuenta las circunstancias del litigio incoado, ni ejercer su derecho de tacha, ni proceder, en fin, como parte en juicio contradictorio. Además, si semejante justificaciones pudieran tener el valor que les desconocemos, es claro que el legislador no se lo hubiera atribuido, de modo expreso y excepcional, a la justificación instruida de manera análoga, como prueba adelantada, en el caso de retardo perjudicial a que se refiere el artículo 675 del Código de Procedimiento Civil.

(omissis)

II.- Nuestra ley procesal equipara a las justificaciones ad perpetuam la instrucción extra litem de todas otras diligencias dirigidas a la comprobación de hechos o derechos que interesen al promovente, tales como las inspecciones oculares que tengan por objeto poner constancia del estado de cosas y lugares y de señales o rastros expuestos a desaparecer, la consignación de instrumentos públicos o auténticos, a fin de obtener alguna copia certificada de ellos, la formación del inventario de determinados bienes o cosas y otras semejantes. El legislador trata, por lo tanto, de ellas en la misma Sección en que vamos a ocuparnos, correspondientes a las expresadas justificaciones, porque unas y otras se practican conforme a un mismo procedimiento y tienden ambas al mismo fin de dar autenticidad a actos o hechos que se necesite acreditar en actuaciones posteriores. Dichas diligencias, instruidas por la autoridad judicial, hacen pruebas auténticas de lo que la expresada autoridad asevera haber pasado en su presencia, o de los hechos o circunstancia que ella ha visto y hecho constar, y tienen, en consecuencia, a diferencia de los simples justificativos, todo el valor de un instrumento público.

(…)

AUTORIDAD JUDICIAL COMPETENTE PARA INSTRUIR LAS JUSTIFICACIONES Y DILIGENCIAS “AD PERPETUAM”, PROCEDIMIENTO PARA LA INSTRUCCIÓN DE LAS PRIMERAS. DEBEN DEVOLVERSE ORIGINALES AL INTERESADO SIN DECRETO ALGUNO

I.- Conforme a la primera de estas disposiciones (Art. 797), para la instrucción de las mencionadas justificaciones y diligencias ad perpetuam es competente cualquier Juez civil, sin distinción de jerarquía, con tal que sea de sustanciación. Todo Juez, en efecto, merece fe pública en ejercicio de su ministerio, y la da plena de los actos pasados ante él. Ninguno puede, por tanto, ser excluido de la atribución de instruir justificativos y practicar otras diligencias de mera comprobación de hechos. En opinión de Sanojo (…), sin embargo, opinión que compartimos junto con Feo (…) deben considerarse exentos de la referida atribución los Tribunales Superiores y Supremos y el más alto Tribunal de la República, porque esa función es muy semejante a la de sustanciar los juicios, y ésta no incumbe sino a los jueces de Primera Instancia y a los de Distrito y Municipio o Departamentales y Parroquiales, y porque, desde luego que la ley no acuerda sino a los de primera instancia la autoridad necesaria para declarar que ciertas justificaciones tienen carácter de títulos supletorios, es claro que no ha tenido en mientes incluir a los Tribunales de más elevada jerarquía entre los que pueden instruir dichas justificaciones, pues de otro modo les habría atribuido a ellos, antes que a los de Primera Instancia, la competencia necesaria para hacer la mencionada declaratoria.

En la misma audiencia de presentación del escrito en que se pida la instrucción de una justificación o de alguna diligencia comprobatoria de hechos, el Juez deberá proveerlo, acordando practicar la conducente y ordenando que, hecho que ello sea, se devuelvan originales las actuaciones al interesado, sin decreto alguno. Es claro que el retardo en proveer la solicitud no viciara la diligencia que se practique, pero si hará incurrir al funcionario remiso en la multa disciplinaria a que se refiere al artículo 27 del Código de Procedimiento Civil, y en responsabilidad penal por denegación de justicia

…omissis…

LAS JUSTIFICACIONES REFERENTES A LA POSESIÓN, LA PROPIEDAD O ALGÚN OTRO DERECHO DEL PROMOVENTE, PUEDEN SER DECLARADAS BASTANTES PARA ASEGURAR ESE DERECHO, SALVO OPOSICIÓN, CUANDO PUEDE SOLICITARSE ESA DECLARATORIA. CUANDO HA DE PROVEERSE LO QUE SEA CONDUCENTE.

I.- La presente disposición (Art. 799) permite atribuir a determinadas justificaciones y diligencias ad perpetuam el carácter de títulos supletorios o provisionales, mediante la declaratoria, de la autoridad judicial competente, de que son bastantes para asegurar a la parte que las promueve, o en cuyo favor se las promueve, la posesión o algún otro derecho, mientras no haya oposición. Es frecuente que la posesión de inmuebles aparezca vinculada tradicionalmente en una familia, transmitiéndose en ella sin obstáculos de una a otra generación, o que la propiedad de alguien sobre alguna cosa sea unánimemente reconocida, sin que ni aquella posesión ni esta propiedad consten fundadas en título comprobatorio de ellas, ora por pérdida del instrumento respectivo, si acaso existió inmemorialmente, ora porque lo es la prescripción sin título, ora por otra causa análoga cualquiera. Y lo que decimos de la posesión o la propiedad puede decirse igualmente de otros derechos, como el del usuario, el del usufructuario, el del enfiteuta, etc. Es natural que cuando los interesados que se hallen en el ejercicio de tales derechos soliciten instruir o hayan instruido el justificativo correspondiente, puedan pedir u obtener que éste sea declarado bastante para suplir, sin perjuicio de tercero, el instrumento comprobatorio del derecho mencionado.

La solicitud de dicha declaratoria puede dirigirse en todo tiempo a la autoridad judicial competente, desde el momento mismo en que ante ella se promueve la justificación. Si ésta hubiere sido instruida con anterioridad por el mismo Tribunal competente o por otro cualquiera el postulante deberá acompañarla a su respectiva petición. En el primer caso, el Juez instructor decretará lo conducente, accediendo o no a dicha petición, antes de entregar las diligencias al interesado; en el segundo dentro de los tres días siguientes a la introducción de la solicitud.

En plena armonía con los criterios doctrinales expuestos, la antigua Sala de Casación Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia, en sentencia de fecha 27 de noviembre de 1980 (citada por Juana Martínez Ledezma en su obra “Código de Procedimiento Civil. Artículos 446 al 802, Imprenta Universitaria, Caracas, 1983, pp. 544-547), con pleno asidero, interpretó de modo sistemático las normas contenidas en los precitados 797, 798 y 799 del Código de Procedimiento Civil derogado --equivalentes a los artículos 936, 947 y 938 del vigente--, que esta juzgadora transcribe de cita de sentencia de fecha 25 de septiembre de 2.006, emanada del JUZGADO SUPERIOR SEGUNDO EN LO CIVIL, MERCANTILDEL TRÁNSITO Y DE MENORES DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MÉRIDA, que declaró con lugar la apelación de la sentencia que negó el título supletorio, cuya cita se reproduce de la siguiente forma:

“Bajo el título de ‘Justificación (sic) para p.m.’, nuestro CPC (sic), en el Título V, Parte Segunda, del Libro Tercero, contempla dos situaciones, a saber:

  1. Instrucciones de justificaciones y diligencias dirigidas a la comprobación de algún hecho o algún derecho propio del interesado en ellas, sin que el Juez se pronuncie sobre el valor de las mismas. En este caso, cualquier Juez, es competente para su instrucción, limitándose éste en la misma audiencia en que se promueven, a acordar lo necesario para practicarlas; y una vez concluidas, las entregará al postulante, sin decreto alguno (Art. 797 del CPC).

  2. Que se pida que tales justificaciones o diligencias se declaren bastante para asegurar la posesión o algún derecho, mientras no haya oposición. En este caso, el Juez de Primera Instancia es el único competente para hacer tal declaratoria. Esto no indica sin embargo, que para poder hacer tal pronunciamiento, dicho Juez debe haber instruido, necesariamente, tales justificaciones ya que del propio texto del aparte del artículo 798 del CPC se desprende que la competencia exclusiva es para tal declaratoria, pero no para la instrucción de las justificaciones que bien puede hacerse evacuar por ante cualquier Juez (caso “a”) y ser llevados luego a la Primera Instancia para la referida declaratoria dirigida a asegurar al promovente la posesión o algún otro derecho.

Las justificaciones para p.m. son aquellas informaciones de testigos, instruidas judicialmente, para hacerse constar algún hecho que interese a las personas que las promueven, quedando incluidas dentro de este amplio concepto, las comprobatorias de hechos de posesión, despojo, perturbación y cualesquiera otros en que haya de fundarse alguna querella interdictal.

Todas estas justificaciones, pueden instruirse, como se dijo en la letra a) por cualquier juez civil, sin distinción de jerarquía, pues todo juez merece fe pública en ejercicio de su ministerio, y de plena fe a los actos pasados ante él, no pudiendo por tanto ninguno ser excluido de la atribución de instruir justificativos y practicar otras diligencias de mera comprobación de hechos, desde el de Parroquia o Municipio hasta el de Primera Instancia, no a los Superiores, porque esta función es muy semejante a la de sustanciar los juicios, y ésta no incumbe sino a los Jueces de Primera Instancia. Así lo sostiene Borjas, Sanojo y Feo; criterio que la Corte hace suyo, por considerarlo ajustado a derecho.

…omissis…

Esa alzada en las referidas sentencias consideró también lo siguiente:

“Conforme a los criterios doctrinales, jurisprudenciales y legales anteriormente citados y que este Tribunal, como argumentos de autoridad, acoge plenamente, a los fines de la decisión de la presente causa resulta menester distinguir entre la simple instrucción de las justificaciones y diligencias ad perpetuam memoria a que se contraen el artículo 936 del Código de Procedimiento Civil, cuyo específico objeto, según lo indica dicha norma, es “la comprobación de algún hecho o algún derecho del interesado en ellas”, sin que, en consecuencia, sea necesario pronunciamiento judicial alguno respecto del valor jurídico de las mismas, las cuales unas vez evacuadas se entregaran al interesado; de aquellas, comúnmente denominadas “títulos supletorios”, a las que alude el artículo 937 eiusdem, en las que se pide que tales justificaciones o diligencias “sean declaradas bastantes para asegurar la posesión o algún derecho”, las cuales sí requieren una determinación del órgano jurisdiccional en forma de decreto. En el primer caso, según lo dispuesto en el precitado artículo 936, la autoridad judicial competente para la instrucción es cualquier Juez que ejerza competencia civil, sin distinción de jerarquía, a excepción de los Superiores, para preservar la doble instancia, y de los de Municipios Ejecutores de Medidas, porque no tienen legalmente atribuida función de sustanciación. Por ello, cualquier Juez de Municipio Ordinario o de Primera Instancia en lo Civil, a elección del solicitante, es competente para la instrucción de tales justificaciones o diligencias --verbigratia, justificativos de testigos, inspecciones oculares, certificación de documentos que se presenten a tal efecto, etc.--, independientemente del lugar en que se encuentren los bienes a que se refieren, si fuere el caso, o en el que se halle el domicilio del peticionario. Para su instrucción, el trámite se limita a acordar el Juez, en el mismo día en que se promuevan, lo necesario para practicarlas; y, una vez concluidas, se entregarán en original al postulante, sin decreto alguno. En cambio, en el segundo caso, es decir, cuando se pida que tales justificaciones o diligencias se declaren bastantes para “asegurar la posesión o algún derecho”, por expreso mandato de la norma contenida en el único aparte del artículo 937 de Código de Procedimiento Civil, el único Juez competente para hacer tal declaratoria es el de “Primera Instancia del lugar donde se encuentren los bienes de que se trate”, si fuere el caso. No señala este dispositivo legal la jurisdicción a que debe pertenecer este Juez de Primera Instancia; no obstante tal omisión, de la interpretación concordada de esta norma con la contenida en el encabezamiento del artículo 936 del Código de Procedimiento Civil, considera el juzgador que se trata de un Juez de Primera Instancia en lo Civil. Debe advertirse que esta categoría de “títulos supletorios” comprende no solamente aquellos relativos a la posesión o al derecho de propiedad sobre bienes muebles o inmuebles, sino a cualesquiera otros derechos reales o personales, entre los cuales se ubica la solicitud de declaratoria de únicos y universales herederos, los que --según el autor patrio Ricardo Henríquez La Roche-- constituyen “títulos supletorios (que) tienen como finalidad que el órgano instructor una vez evacuadas las diligencias pertinentes (evacuación de testigos) emita un dictamen o pronunciamiento provisional acerca de la cualidad de heredero del solicitante (salvo prueba en contrario) que le permita tomar posesión del acervo hereditario” (Código de Procedimiento Civil, 2ª ed., Tomo V, Caracas, 2004, p. 581).”

Sentadas las anteriores premisas, procede seguidamente esta juzgadora a la enunciación y valoración de las pruebas promovidas, lo cual hace de seguidas:

El Tribunal para valorar los testigos promovidos observa que las mismas fueron contestes y no se contradijeron en sus dichos. En consecuencia, este Juzgado de conformidad con los artículos 507 y 509 del Código de Procedimiento Civil, le da pleno valor probatorio. Y así se decide.

Por las consideraciones anteriores y analizada como fue la presente solicitud. Esta Juzgadora llega a la conclusión que efectivamente, se realizaron unas mejoras por la solicitante ciudadana: M.D.S.M.A. construidas en un lote de terreno propiedad de F.F.D.P. según el documento privado reconocido, pero que le fue cedido con autorización escrita de ella tal como se evidenció al folio 5 de las presentes actuaciones; lo que constituyen pruebas suficientes que presumen que las mismas son ciertas y que deben ser consideradas bastantes para otorgar la propiedad de las referidas mejoras consistentes en : una casa de 3 habitaciones, un baño, cocina y patio, con piso de tierra, techo de zinc, paredes de adobe sobre el lote de terreno cedido e indicado anteriormente. A criterio de esta juzgadora considera que los recaudos acompañados son suficientes por acreditarle a la solicitante de autos la propiedad y posesión de las mejoras que indicó construyó sobre el lote de terreno cedido por la ciudadana F.F.D.P. con autorización en forma privada, para solicitar el título supletorio a que se contraen las presentes actuaciones, por lo que considera que la presente solicitud se encuentra ajustado a las previsiones del artículo 936 y 937 y además no hubo oposición ni de la propietaria ni de algún tercero, por lo que este tribunal acuerda el derecho a favor de la solicitante y en consecuencia, se le otorga TITULO SUPLETORIO sobre las mejoras o bienhechurías antes mencionadas, dejando a salvo los derechos de terceros. Y así se decide.

IV

DISPOSITIVA

ESTE JUZGADO TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MÉRIDA, ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA Y POR AUTORIDAD DE LA LEY.

D E C L A R A:

PRIMERO

CON LUGAR la solicitud de TITULO SUPLETORIO que acredita la legítima propiedad de las mejoras o bienhechurías, a la ciudadana M.D.S.M., que en su totalidad conforman: una casa de 3 habitaciones, un baño, cocina y patio, con piso de tierra, techo de zinc, paredes de adobe, sobre el lote de terreno cedido en forma privada por la ciudadana F.F.D.P. cuyos linderos y medidas se especificaron en los autos. En consecuencia, sirva la presente decisión como TITULO SUPLETORIO DE PROPIEDAD SOBRE LAS MEJORAS O BIENHECHURÍAS ANTES DESCRITAS. Se deja a salvo los derechos a terceros, de acuerdo a las previsiones de las disposiciones legales mencionadas. Y así se decide.-

SEGUNDO

Se ordena devolver las presentes actuaciones originales a la parte interesada, previa certificación de copias de la totalidad del expediente, a los fines de que la misma quede en este Juzgado para que surta efectos legales una vez que quede firme la presente decisión.

TERCERO

Notifíquese a la parte solicitante de la presente decisión por haber salido fuera del lapso de ley de acuerdo al artículo 251 del Código de Procedimiento Civil en el domicilio procesal en la forma establecida en el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil. Y así se decide

Cópiese, publíquese y expídanse copias certificadas para la estadística.

Dada, Firmada, Sellada y Refrendada en la sala de despacho del JUZGADO TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MÉRIDA. En Mérida, a los dieciocho días del mes de junio del año dos mil siete. Años: 198º de la Independencia y 149º de la Federación.

LA JUEZ TITULAR,

ABG. Y.F.M..

LA SECRETARIA TITULAR,

ABG. LUZMINY DE J.Q..

En la misma fecha se publicó la anterior decisión, previas las formalidades de ley, siendo las TRES DE LA TARDE (3:00 P.M.), se expidieron copias certificadas para la estadística del Tribunal. Se exhorta a la parte interesada a que suministre los emolumentos necesarios por ante el Alguacil de este Tribunal para que expida las copias requeridas de la totalidad de la presente solicitud.

LA SECRETARIA TITULAR,

ABG. LUZMINY DE J.Q..

Expediente Nº 1420

YFM/mar.

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